EL
Pasado fin de semana del 9 al 11 de septiembre, nos juntamos en Dajabón 23
aventureros ciclistas para dar cumplimiento a la tercera etapa de la vuelta al país,
organizado por los Trazabosques para celebrar el 60 aniversario de mi amigo Ray
Vasquez, (EL AMERICANO).
En la noche del viernes 9 ya estábamos todos reunidos
en el Hotel que nos daría alojamiento, allí nos visito el señor Chio Villalona,
un icono de la ciudad de Dajabón, un hombre pequeño de tamaño, pero con una vasta
formación cultural, que sin estar en nuestra agenda, hiso posible que un grupo
de ciclistas de MTB, vinieran al Hotel y allí establecimos una interesantes conversación
que dio como resultado que dos de ellos nos sirvieran de guía en el primer
tramo de la etapa. Asimismo el señor Villalona sin proponérselo nos impartió
una interesante conferencia sobre los valores culturales y museos de Dajabón y
de toda la frontera.
El grupo de aventureros no contábamos con ningún tipo de apoyo
logístico. 4 mujeres puertoplateña y 19 hombres partimos desde Dajabón a la 6
de la mañana del sabado 10 con nuestros
equipajes en mochilas y bultos sujetados
a la parrilla de nuestra Bicicleta , hacia nuestro primer destino el Monumento
de CAPOTILLO, allí nos recibió el sindico con una encantadora palabras de
bienvenida y un grupo de jóvenes de la comunidad con un suculento desayuno a
base de yuca, salami y huevo frito y aguacates al por mayor y detalle, después
de darnos tremenda jartura nos preparamos para partir hacia nuestro segundo
destino la comunidad de Restauración, la primera parte de este recorrido fue nu
tanto extremo, nos encontramos con la loma de la cacata, un camino en forma de
trillo de uno tres kms. y con una inclinación de 10 grados y a una altura de
505 mts. sobre el nivel del mar.
Debo decir que la altura máxima que alcanzamos
al cruzar la cordillera central fue de 640 mts. sobre el nivel del mar. Al
subir sufrimos por el esfuerzo que hay que poner para alcanzar la cima y al
mismo tiempo la bajada nos recompensa el sufrimiento porque no tenemos que dar
pedales.
Al llegar a la ciudad de restauración
nos recibió una amable señora con un agradable moro de guandules acompañado de
un sabroso chivo, después de degustar este agradable almuerzo, nos preparamos
para pedalear la última y la tercera
parte de nuestro destino final la pequeña ciudad de Banica. Al dejar atrás la
loma de la cacata salimos a la carretera que une a loma de cabrera con restauración todos este tramo el recorrido fue en
asfalto hasta llegar a la frontera con Haití.
En todo el recorrido de la carretera internacional el panorama cambia
significativamente, el bosque desaparece, las montañas han sido deforestadas,
las casas lucen arrabalizadas y no están provistas de higiene sanitaria, la gente
defeca en los alrededores de los pequeños arbustos, y a la orilla de la carretera
observamos materia fecal, cuando pasábamos por poblaciones donde el aire tiene un mal olor insoportable.
Todo lo que se observa en este camino es desolador,
desconcertante y preocupante como viven nuestros hermanos Haitianos. Al llegar
a Banica a la altura de la 10 y media de la noche todos el pueblo había salido
de su casa desde la 5 de la tarde a darnos la bienvenida a su pueblo , el
aplauso que nos dieron cuando nos confundíamos con la multitud , hiso que se no
quitara el cansancio a consecuencia de
pedalear durante más de 10 horas, aquel
recibimiento fue hermoso lo recordare para toda mi vida, momentos como el que disfrutamos
esa noche del sábado nos inducen a que hay que seguir pedaleando para poder
vivirlo.
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